A través de tus manos: 4. Contrato.
Contrato: La cafetería era de todo, menos íntima. Parecía que Christian quería tener muchos observadoras al momento de decir su oferta. O por lo menos eso creía ella. El recinto era grande, abarrotado de personas y con una música de fondo era algo inadecuada para la hora del día. Anastasia se sentó en la silla que él le había abierto especialmente cuando la vio entrar. Ambos se sonrieron con timidez y esperaron a que el camarero les trajera dos tazas de café humeante para ponerse a hablar... Ninguno había tocado la bebida, cuando la música se paró y Christian abrió la boca para comenzar a hablar. Anastasia tensó los hombros y rehuyó a su mirada observando la taza de café, con los grumitos de leche pegados en los bordes de la taza.