Novio de papel: 4. Desvanecer.

  1. Desvanecer:
El cuentagotas estaba puesto de forma lenta, para que la medicación fuera circulando por su organismo de forma pausada y que fuera haciendo efecto poco a poco. En cierto modo Nina pensaba que era una tontería, después de todo Ian Somerhalder no existía, en el mundo real no existía. Él tan sólo era una creación de su mente solitaria, un deseo fugaz que fue escrito en un lugar equivocado. No tenía ninguna expectativas de que la medicación le fuera a curar, pero aún así observaba como las gotitas iban cayendo mientras su querido novio dormía en un sueño intranquilo.


A medida que iban pasando los días veía que su vida volvía a ser normal; el reloj volvía a moverse con normalidad y las antiguas charlas que tenía con sus compañeros de trabajo, parecían volver a ser temas importantes. Nuevamente su madre y familiares volvían a hacerla pensar en tener una pareja, como si la presencia de Ian se hubiera borrado totalmente de su mente, y en cierto modo lo odiaba. Todo el mundo sabía que ese fantástico hombre existía y que estaba gravemente enfermo, pero ella no podía decir la verdad... no podía decir simplemente que era de papel y se había dañado. La tomarían por loca.

  • Cuando... desaparezca...- habló con voz cansada, al escuchar sus quejas como solía hacer desde que se habían incapacitado absolutamente- ...se olvidarán de todo...-logró decir y empezó a toser.
  • ¿Cómo?
  • ...tú también lo harás.

Entre gemidos y jadeos logró comunicarle la peor noticias que había escuchado desde hacia años. Era malo saber que se había enamorado de un trozo de papel, pero era una experiencia que jamás podría olvidar, quería mantenerla en su memoria para animarse cuando estuviera desanimada, pero después de aquella noticia... ¿Cómo asimilarlo? Cuando Ian desapareciera todo lo que había pasado junto a el también lo haría; no habrían sido novios durante un año, las anécdotas, las caricias, las noches en vela... todo sería borrado de su memoria y quizás sustituido por algún otro recuerdo, pero Ian jamás habría estado ahí. Una parte egoísta de ella pensó en abandonarlo ahí, lanzárle un jarrón de agua fría y que se fueran consumiendo poco a poco, terminar con el dolor de forma rápida... así ninguno de los dos sufriría, pero el hecho de pensarlo le provocaba un agudo dolor en el pecho. Prefería vivir sola durante años, a olvidar todo lo que había vivido con el, aunque podría entender que esa fuera una de las condiciones de los deseos. Cuando el deseo se cumpliera, éste desaparecía con las ganas de tener aquello que tuvo y todo lo relacionado con ello perdería sentido. Era una ley: Cuando Ian desapareciera, también su sentimiento de querer encontrar al hombre perfecto se iría... pero ¿como querer encontrar a otro hombre perfecto, si a lo había tenido?

Los días iban pasando con increíble lentitud, prácticamente no salía del apartamento por miedo a que le preguntaran y descubrir que ellos, ya habían olvidado a Ian. No encendía la tele, no contestaba a las llamadas, tan sólo estaba pendiente de la respiración entrecortada de el, de limpiar sus heridas y ofrecerle algo de beber cuando lo necesitaba. Esos últimos días tan sólo estaba para el y por el... no habría llegado feliz al día de la boda de su hermana, si no hubiera sido por el, no hubiera diseñado preciosos vestidos y hacer a cientos de novias felices. Simplemente no podía dejarlo ir...

  • Te amo...- susurró llorando mientras le cogía la mano totalmente llena de quemaduras. Su piel ardía y parecía ser una sensación dolorosa, pero el jamás se la soltaba.
  • ...y yo...-contestaba el entre la inconsciencia y la vigilia.

Los días seguían pasando y las quemadas habían cubierto totalmente su cuerpo, su respiración se había vuelto muy lenta, casi ni se podía oír y su expresión había cambiado al dolor a la calma. Algo en todo ello le hizo sentir extraña, con miedo, como si una especie de neblina le nublara los sentidos e hiciera que poco a poco se sintiera cansada, como si quisiera dormir. Asustada por lo inevitable, corrió hasta fuera de la habitación y de la casa, cuando todo ocurrió...

Un camión se avecinaba sobre ella, los cauchos chirrearon en el suelo y por la lluvia que caía resvalaron. Nina se veía aplastada contra el asfalto, pero algo golpeó con ella y le apartó del centro del camión, cuando se quiso dar cuenta estaba tirada al lado de Ian, que tenía el pecho totalmente descubierto, sin quemadas y tan bello como cuando lo conoció. Nina chilló al ver una mancha roja debajo de el, y de sus labios salir un hilo de sangre, gritó a la gente para que llamaran a la ambulancia, pero antes de que nadie pudiera reaccionar, el cuerpo de Ian comenzó a desvanecerse... y lo único que logró escuchar fue “te amo” después de eso...todo quedó oscuro y sin saber realmente porque rompió a llorar, como si algo muy importante hubiera desaparecido de su vida... pero no sabía que era.  

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