Novio de papel: 4. Desvanecer.
- Desvanecer:
El cuentagotas estaba puesto de
forma lenta, para que la medicación fuera circulando por su
organismo de forma pausada y que fuera haciendo efecto poco a poco.
En cierto modo Nina pensaba que era una tontería, después de todo
Ian Somerhalder no existía, en el mundo real no existía. Él tan
sólo era una creación de su mente solitaria, un deseo fugaz que fue
escrito en un lugar equivocado. No tenía ninguna expectativas de que
la medicación le fuera a curar, pero aún así observaba como las
gotitas iban cayendo mientras su querido novio dormía en un sueño
intranquilo.
A medida que iban pasando los días
veía que su vida volvía a ser normal; el reloj volvía a moverse
con normalidad y las antiguas charlas que tenía con sus compañeros
de trabajo, parecían volver a ser temas importantes. Nuevamente su
madre y familiares volvían a hacerla pensar en tener una pareja,
como si la presencia de Ian se hubiera borrado totalmente de su
mente, y en cierto modo lo odiaba. Todo el mundo sabía que ese
fantástico hombre existía y que estaba gravemente enfermo, pero
ella no podía decir la verdad... no podía decir simplemente que era
de papel y se había dañado. La tomarían por loca.
- Cuando... desaparezca...- habló con voz cansada, al escuchar sus quejas como solía hacer desde que se habían incapacitado absolutamente- ...se olvidarán de todo...-logró decir y empezó a toser.
- ¿Cómo?
- ...tú también lo harás.
Entre gemidos y jadeos logró
comunicarle la peor noticias que había escuchado desde hacia años.
Era malo saber que se había enamorado de un trozo de papel, pero era
una experiencia que jamás podría olvidar, quería mantenerla en su
memoria para animarse cuando estuviera desanimada, pero después de
aquella noticia... ¿Cómo asimilarlo? Cuando Ian desapareciera todo
lo que había pasado junto a el también lo haría; no habrían sido
novios durante un año, las anécdotas, las caricias, las noches en
vela... todo sería borrado de su memoria y quizás sustituido por
algún otro recuerdo, pero Ian jamás habría estado ahí. Una parte
egoísta de ella pensó en abandonarlo ahí, lanzárle un jarrón de
agua fría y que se fueran consumiendo poco a poco, terminar con el
dolor de forma rápida... así ninguno de los dos sufriría, pero el
hecho de pensarlo le provocaba un agudo dolor en el pecho. Prefería
vivir sola durante años, a olvidar todo lo que había vivido con el,
aunque podría entender que esa fuera una de las condiciones de los
deseos. Cuando el deseo se cumpliera, éste desaparecía con las
ganas de tener aquello que tuvo y todo lo relacionado con ello
perdería sentido. Era una ley: Cuando Ian desapareciera, también su
sentimiento de querer encontrar al hombre perfecto se iría... pero
¿como querer encontrar a otro hombre perfecto, si a lo había
tenido?
Los días iban pasando con
increíble lentitud, prácticamente no salía del apartamento por
miedo a que le preguntaran y descubrir que ellos, ya habían olvidado
a Ian. No encendía la tele, no contestaba a las llamadas, tan sólo
estaba pendiente de la respiración entrecortada de el, de limpiar
sus heridas y ofrecerle algo de beber cuando lo necesitaba. Esos
últimos días tan sólo estaba para el y por el... no habría
llegado feliz al día de la boda de su hermana, si no hubiera sido
por el, no hubiera diseñado preciosos vestidos y hacer a cientos de
novias felices. Simplemente no podía dejarlo ir...
- Te amo...- susurró llorando mientras le cogía la mano totalmente llena de quemaduras. Su piel ardía y parecía ser una sensación dolorosa, pero el jamás se la soltaba.
- ...y yo...-contestaba el entre la inconsciencia y la vigilia.
Los días seguían pasando y las
quemadas habían cubierto totalmente su cuerpo, su respiración se
había vuelto muy lenta, casi ni se podía oír y su expresión había
cambiado al dolor a la calma. Algo en todo ello le hizo sentir
extraña, con miedo, como si una especie de neblina le nublara los
sentidos e hiciera que poco a poco se sintiera cansada, como si
quisiera dormir. Asustada por lo inevitable, corrió hasta fuera de
la habitación y de la casa, cuando todo ocurrió...
Un camión se avecinaba sobre ella,
los cauchos chirrearon en el suelo y por la lluvia que caía
resvalaron. Nina se veía aplastada contra el asfalto, pero algo
golpeó con ella y le apartó del centro del camión, cuando se quiso
dar cuenta estaba tirada al lado de Ian, que tenía el pecho
totalmente descubierto, sin quemadas y tan bello como cuando lo
conoció. Nina chilló al ver una mancha roja debajo de el, y de sus
labios salir un hilo de sangre, gritó a la gente para que llamaran a
la ambulancia, pero antes de que nadie pudiera reaccionar, el cuerpo
de Ian comenzó a desvanecerse... y lo único que logró escuchar fue
“te amo” después de eso...todo quedó oscuro y sin saber
realmente porque rompió a llorar, como si algo muy importante
hubiera desaparecido de su vida... pero no sabía que era.
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